UN LUCERO
Y brilla para mi allá en el cielo
un lucero de luz inmaculada,
que constantemente alumbra mi desvelo
en que pienso en ti mi bien amada.
Con la luz de sus rayos argenteados
viene siempre a mi mente tu figura,
y veo tus ojos adorados
brillar llenos de amor y de ternura.
Luego siento tu cuerpo de alabastro
pegarse frío, al mío palpitante;
después se nubla arriba el astro
y te siento muy lejos, muy distante.
Me regojo en mi lecho con mis penas
son dolientes,tan dolentes,cual espinas!
que clavaran los judios en las venas
de Jesús enclabado con un Dimas.
Y me duermo consolado mi divina,
con pensar que esta noche como anoche
te soñaré otra vez muñeca china
que no entiende jamás de mis reproches.
Guatemala, abril de 1956.
A mi Esposa, Alicia.
FRANCISCO SAGASTUME PINTO
(Q.E.D.)